jueves, 30 de noviembre de 2017

¡Ya está aquí la temporada de Calçots y de Salsa Romesco!

¿Qué son los calçots? 

Los calçots son cebollas tiernas y muy sabrosas. Su característica forma, más alargada de lo habitual en una cebolla, se debe a que durante su cultivo se va añadiendo tierra a su base, consiguiendo que se vaya estirando en busca de la luz. La temporada va desde el mes de noviembre hasta el mes de abril. Y se acompañan siempre de su inseparable Salsa de Calçots o Salsa Romesco. 

¿Como se preparan los calçots?

Cortamos las raíces y los extendemos encima de una parrilla, en un buen fuego, con llama viva. Sabremos que están listos cuando su parte blanca empiece a quedar negra y “quemada” por fuera. Cuando se retiran del fuego debemos envolverlos en papel de periódico o similar, para mantenerlos calientes. Si no disponemos de un sitio donde poder asarlos (algo que nos sucede a casi todos) no hay problema. Actualmente nos venden los calçots ya hechos en muchísimas partes (preguntar en vuestra frutería habitual o consultarlo por internet). ¡Están igual de ricos!!!

Y por fin… la Calçotada.

Empezamos con un aperitivo ligerito: aceitunas, fuet, pan tostado con tomate... no mucho más que habrá que entrar en “materia”. Los calçots “el plato fuerte”, se pueden servir en una teja, en un plato, envueltos en el propio papel que los resguarda, donde sea, es importante que estén calentitos (si os los traen hechos intentar mantenerlos a temperatura). A su lado imprescindible la salsa  Romesco o  Salsa de Calçots (por supuesto… salsa Olivera d’Atenea).

¿Cómo se comen los calçots? Seguro que ya lo sabéis, pero para los no iniciados: cogemos el calçot por el extremo de sus hojas (color verde)  y presionando hasta el final del otro extremo, la parte blanda y blanca del interior quedará (casi siempre) entera en nuestras manos. Lo untamos en la salsa y nos lo comemos directamente, sin más…YA!!!
Importante: un babero nos ayudara a salvar la ropa, las manos van a quedar negras por los calçots y con rastros de salsa; es lo normal. Ah!!!, la cantidad a comer: unos 15, otros 20, tímidos 10 y los fans expertos sobrepasan los 25.

Después del “atracón” de calçots se suele comer carne y/o longaniza, judías blancas, alcachofas… todo a la brasa (en su defecto, parrilla, horno, barbacoa) y acompañado de un buen allioli, por supuesto Olivera d’Atenea. Ya llegados a los postres, recomendamos, y es típico, naranja con una ligera lluvia de azúcar.

Y… fin de la calçotada.

Este post es la opción “tradicional” de la calçotada. Nos os perdáis nuestras siguientes entradas en las cuales os daremos recetas diferentes, tanto para los calçots como para las salsas Olivera d’Atenea.

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